martes, 30 de junio de 2009

¡Fin al embargo! (el otro)

La vulgar exhibición de doble moral continúa en el caso de Honduras.

Los presidentes del CA-4 (Guatemala, El Salvador y Nicaragua) han cerrado las fronteras con Honduras, entre otras medidas de presión para obligar a este país a que restituya al Chavecito Zelaya. Además, han coaccionado al BCIE para que congele los desembolsos y han expulsado a nuestro vecino de eventos diplomáticos multilaterales y hasta de competencias deportivas.

Prácticamente toda la clase política del continente se ha manifestado en contra del orden constitucional hondureño y a favor del caudillo que se creyó por encima de la ley. Honduras ha de sentirse como Israel - un pequeño país democrático rodeado de enemigos que le odian por tratar de hacer lo correcto.

Vale la pena recordar los argumentos que esta misma clase política ha hecho en contra del embargo hacia Cuba... que otros países no deberían interferir en los asuntos internos de un país soberano; que las restricciones comerciales en vez de afectar al régimen perjudican al pueblo; que no debe imponerse sobre otros una visión particular de la democracia.

Pues bien, o todos en la cama o todos en el suelo. Si estos argumentos son válidos para Cuba, más aún para Honduras. El país centroamericano no empoderó a un comandante, sino al presidente del Congreso tal como lo manda la Constitución. Ni ha proscrito a los partidos políticos opositores, como lo hizo Castro, ni ha restringido la libertad de expresión. Honduras no expropió a sus ciudadanos o a empresas extranjeras, ni disolvió las instituciones democráticas para sustituirlas con un Comité Central todopoderoso. Estoy seguro de que Micheletti no se instalará 50 años en el poder, ni construirá calabozos para llenar permanentemente con disidentes. ¿Se ganaría el respeto de la comunidad internacional si lo hiciera?

La hipocresía de los presidentes izquierdistas de Guatemala, El Salvador y Nicaragua es innegable. En vez de solidarizarse con el pueblo hondureño, se alinean con su patrocinador en Venezuela, ese baluarte de la democracia que arregla elecciones, cierra canales de televisión y abusa de su poder para silenciar toda crítica. Y se supone que nosotros doblemos la rodilla ante este maravilloso "órden democrático."

Será muy difícil para Honduras mantener su posición ante la intromisión extranjera. Su esfuerzo es loable, patriótico, democrático y una advertencia para todos los aspirantes a Chavecitos en Centroamérica. Pero será una lucha muy difícil, y para echar sal en la herida, la insufrible Cristina Fernández de Kirchner dice que acompañará a Zelaya en su regreso triunfal. Es un mundo de dolor para los catrachos.

1 comentario:

  1. Las consecuencias para los guatemaltecos y demás comerciantes centroamericanos son graves ya que el cierre de fronteras afecta a miles de trabajadores, las relaciones comerciales y pone en riesgo la seguridad de los mismos.

    Toman medidas sin pensar en el pueblo, lo más importante para los gobernantes es el poder, el sueldo, nunca se ponen a pensar en la gente las pobres personas ilusas que los eligieron.

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